La ermita de San Mamés de Murero se encuentra ubicada al otro lado del río. De estilo barroco, fue construida en el siglo XVIII en tapial y ladrillo.
Dispone en su interior de salones y habitaciones, y el interior del templo consta de tres naves y cabecera plana.
Está decorada con frescos del siglo XVIII, y en la sacristía se conservan pinturas sobre tabla, del siglo XVI, todo ello bastante tosco.
La sacristía alberga gran cantidad de exvotos, muestra de los numerosos favores otorgados por el santo. Tradicionalmente, es el protector de las personas con roturas de huesos y de los lactantes, y en Murero se le considera el abogado de los que sufren de hernia.
Su tamaño es muestra de la devoción que profesan los lugareños al santo, y que es objeto de la popular romería de San Mamés el día 7 de Agosto.
Su situación la convierten en un magnífico mirador desde el que podremos contemplar cómo el río Jiloca se estrecha en su camino hacia Villafeliche.